martes, 21 de octubre de 2008

Clive Barker's Jericho

Hace una semana casi me pasé este frenético shooter ambientado en una ciudad maldita y apocalíptica surgida de la mente del escritor y guinosta Clive Barker (Hellraiser). Eso sí, desarrollado por Codemasters y Mercury Stream (si no me equivoco), que es una empresa española.

Al Khali, una ciudad sumeria construída en el año 3000 a.C. ha vuelto a aparecer en el desierto. Una enorme tormenta de arena cubre la zona y el puesto de vigilancia apostado cerca de aquellas ruinas enterradas por la arena del desierto, que logró enviar un mensaje antes de quedar incomunicado.

Hasta allí se desplaza el Comando Jericho, un subescuadrón de élito formado por personas con capacidades especiales, como sanadores, mentalistas, telépatas, pirománticos, o brujas de sangre, adiestradas en todo tipo de combate armado y especializados en poner fin a amenazas sobrenaturales o grupos sectarios de especial virulencia.

Al parecer, Arnold Leach, antiguo miembro dado por muerto hace veinte años y sus seguidores de la secta del Éxtasis Oscuro, quienes han ido realizando crímenes rituales a lo largo de estas dos décadas, excavaron en el lugar y, suicidándose masivamente para liberar una cantidad enorme de "Mal Karma", lograron abrir la brecha de la ciudad en la que se encuentra el primer ser creado por Dios, tan poderoso y perfecto que no podía destruirlo cuando contempló su creación y, por ello, fue desterrado por carecer de alma y compasión: el Primogénito.

Así, el equipo llega a Al Khali con la intención de eliminar a Leach y cerrar la brecha sin sospechar lo que les espera en el interior...

Gráficamente, el juego es un deleite, sobretodo para los sádicos (pantallas con fiambres, manchas de sangre, vísceras, excrementos por doquier, habitaciones recubiertas de carne palpitante, torturados por todas partes, etc.), aunque yo disfrutaba más viendo las construcciones típicas de cada época y lugar, que estaba recreadas al detalle, desde las zonas de guerra de la IIª Guerra Mundial, hasta Roma o Sumeria, pasando por el castillo templario de Les Innocents. La posibilidad de controlar a cada uno del comando es un extra, que se ve enturbiado porque los matan mucho (como Rawlings no esté en píe, te vas a cansar de curar gente) por la IA que tienen y, sobretodo, por carecer de un modo de dos jugadores o, al menos, un online para disfrutar de este shooter como Dios manda.

Como juego, la historia es magnífica, siniestra y sangrienta, con escenas animadas cuando hace falta (sobretodo esa genial Sacrificio), algo corto para los expertos, aunque a mí se me hizo desesperante del poco tiempo que le dedicaba y lo largo que se me hacía el juego (sobretodo cuando me mataban porque estaba en inferioridad). Y muy interesantes los extras que contiene, salvo por el hecho de tener que pasarte pantallas en nivel difícil y sin que te maten ni una sola vez, o tener que matar a 100 o 250 enemigos de una determinada forma (ojalá encontrase unas partidas guardadas o unos parches en internet con esa información, jo).

Me atrae tanto la historia que estoy pensando en ponerla fraccionada conforme la encuentre, junto con datos de los personajes o de los enemigos, quien sabe. Lo que sí es seguro, porque no depende de mí, es que ya se está meditando una segunda parte (Clive Barker lo ha reconocido) que nos aclarará el desconcertante final, tan típico de cualquier película de miedo que no quiera decirte si se salvan, o no.

Un excelente juego, con una atmósfera agobiante, una BSO excepcional que acompaña en todo momento al jugador y un doblaje español sublime (nada de mariquitas, con ostias y cojones como tiene que ser en un título así y si se diera una situación de ese estilo. Se dice que el equipo, cuando terminó el doblaje, no estaba muy conforme y volvieron a doblarlo entero); me gustó mucho, para ser el primer y único juego de este género al que le he puesto las manos encima.

Le doy un 8/10.

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