martes, 14 de septiembre de 2010

"Vivir y Morir en Dallas", de Charlaine Harris

"The Southern Vampires Mysteries: Living Dead in Dallas" , 352 pág. U.S.A. (2002)

Sookie Stackhouse vuelve a verse dentro de un tema vampírico que no le interesa, pero al que debe asistir y prestar su ayuda por una promesa que le hiciera a Eric en su última visita. Por supuesto, la "petición" del vampiro hacia ella y hacia Bill es mera cortesía, ya que podría obligarles con mayor facilidad, pero prefiere que la telépata se marche a Dallas a investigar, por voluntad propia, la desaparición de un vampiro por parte de una Hermandad religiosa fanática y contraria a los vampiros.
De esta forma, y con la visita de una ménade que le da un mensaje para Eric Northman, comienza el segundo libro de la saga de Sookie Stackhouse.

Tras ser atacada por la ménade Calipso, Sookie es salvada por una médico a la que Eric llama, así como por el propio vampiro, Sookie, Pam y Chow (el nuevo socio en el Fangtasia), de la salvaje herida que le provoca para mandarle un mensaje al dueño del bar de vampiros: quiere su tributo por el sexo, el descontrol y las borracheras.
Sookie y Bill iban a Shreveport porque le han encomendado una misión a la camarera y deben marcharse a Dallas como petición de Eric, para ayudar al Sheriff de esa zona a encontrar a un vampiro de su nido que ha desaparecido sin más.

Cuando llegan a Dallas y tras un pequeño incidente, Sookie comienza a investigar para Stan, el sheriff de esa zona y descubre que el vampiro que buscan ha sido secuestrado por una secta cristiana llamada la Hermandad del Sol Naciente, que desean quemar en público al no muerto. Al parecer, un vampiro milenario más joven llamado Godric/Godfrey ha ayudado en el secuestro.
Sookie se infiltrará con el amante de una de las vampiresas del nido de Stan en la Hermandad para averiguar dónde se puede encontrar el secuestrado, pero las cosas no serán tan sencillas. Y es que nunca lo son cuando tratas con vampiros...

El segundo libro es algo más interesante que el primero, tal vez porque las diferencias con la serie son más notables. Godric y Eric no se conocen, no hay ninguna Ménade provocando orgías en el pueblo (de hecho, nos olvidamos por completo de Bon Temps, de Jason y de todos los demás), eso es cosa de los propios humanos. Aparecen Tara y "Huevos", su marido, quese diferencian bastante de los personajes de la serie. Sam y Calipso no se llevan a matar, Sookie conoce a otros cambiantes y hombres lobo y la Ménade solo aparece al inicio y al final, cobrándose su tributo de una forma brutal y sin molestar a los vampiros ni a los protagonistas. Hay un momento especialmente curioso, cuando Eric se viste de extremadamente gay para acompañar a Sookie a la orgía. Desde luego, habría estado bien ver en la serie a Stefan Skarsgaard con esa camiseta morada y las mayas ajustadas de licra rosa, me habría reido mucho, jajaja.

Así que nada, siguiendo la estela de publicaciones, veremos que nos depara el tercero, ahora que ya hemos presenciado el final de esta tercera temporada de 'True Blood'. Le doy -al libro, claro está- un 7/10.

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