Continuando el resumen sobre las partidas dirigidas al juego inspirado en "Las Crónicas de Belgarath", cosa que hago a estas alturas porque al final el verano ha pasado jugando a multitud de juegos de tablero y a un nuevo juego llamado "Esoterroristas" que empezó muy bien pero que ha dejado cierto sabor agridulce conforme se avanzaba, en el grupo.
Por lo tanto y para preparar a los jugadores con las siguientes aventuras y recordar lo vivido hasta ahora, aquí tenemos el segundo resumen.
A los personajes antes mencionados, en esta parte de la aventura se unieron dos nuevos aventureros. Uno de ellos cobró un importantísimo papel en el devenir de los actos, dado su diferente punto de vista y aspiraciones personales; el otro fue un mero convidado durante la estancia en la ciudad, con motivos propios y oscuros y una misión que no llegó a realizar.
Drazhark: Explorador sendario que abandonó su país natal en busca de aventuras y para explorar el continente. Callado, sensato y buen pensador, unos monjes le recogieron a las afueras de la encantada tierra de Maragor y le llevaron a Tol Rane hasta que se recuperó. Una vez allí, ayudó al grupo y se unió, ansioso por seguir su afán de aventuras.
Silian: Espía drasniana, mayor que el resto del grupo, que se unió cuando comenzaron a investigar a Nashor y a Karal tras hablar con Drevor, un noble anciano rival de Nashor que podía ayudarles a desacreditar y vengarse del noble. Ayudó ofreciendo un refugio en la pequeña casa que tenía para esconderse de los hombres de Nashor, pero antes de abandonar la ciudad dejó el grupo por fuerza mayor.
El grupo compuesto por Hz2b, Pertubetasa, Minsc y Aku había salido del Bosque de las Driadas y rodeaba la aldea de Strand, sin atreverse a entrar por lo que pudiera ocurrir. Mientras acampaban en el bosque, en dirección a la Gran Ruta de Caravanas del Oeste, la calzada que les lelvaría a la capital de Tolnedra, Tol Honeth, debatieron sobre si obedecer a la reina driada o no. Tras decidírse, se acostaron, haciendo guardias. No pasó mucho tiempo hasta que Aku diera la voz de alarma despertando a sus compañeros y diciéndoles que alguien les vigilaba. Cual no sería su sorpresa al descubrir que Xelena, la driada que habían rescatado, había salido sin el permiso de su reina del bosque para conseguir su propia venganza. Les dijo a todos que iría a matar a Nashor por lo que había hecho, la acompañaran o no, lo que provocó una pequeña discusión en el grupo, ya que Minsc o Pertu eran partidarios de ayudarla y Aku se debatía entre la promesa a la reina, su deber hacia su rey y Hz2b y el honor de defender a Xelena, de la que se había enamorado -como todo el grupo, aunque los demás iban superando su frustración por no interesarle lo más mínimo a la preciosa driada pelirroja-. Al final, decidieron ir a Tol Rane para acabar con Nashor.
En el trayecto, sufrieron una emboscada por parte de un grupo organizado de maleantes que tenían capturado a otro nyissano. Como les pillaron durmiendo porque no cumplieron las guardias, les desarmaron, pero Minsc logró soltar sus ataduras y las del otro prisionero y recoger sus armas. Aku se fue directamente a evitar que el líder del grupo forzara a la driada y el nyissano rapado aprovechó el tumulto para lanzar una gran cantidad de polvo blanco en medio de ambos bandos, que les provocó alucionaciones a las que solo Hz2b, desafiando con su orgullo la visión de UL, pudo hacer frente sin que le afectaran tanto como al resto. Finalmente, lograron derrotarlos y rescatar a Xelena, quien vestía ahora su corta túnica rasgada y mostrando gran cantidad de su piel, por los que les pidió ropa decente en cuanto llegasen a la ciudad.
Llegaron a Tol Rane, una de las ciudades más grandes del Imperio, en pocos días y lo primero que buscaron (tras haber tenido que sobornar a los guardias para entrar sin que les inspeccionasen), fue un lugar donde dejar a buen cuidado los caballos y una posada que convertir en lugar de reunión e intentar que Xelena se quedara el mayor tiempo posible allí, puesto que su belleza llamaba extremadamente la atención y si se mostraba en público llegaría la información sobre su presencia muy pronto a Nashor. Minsc tomó la costumbre de insinuarse, sin mucho éxito, cada día a la posadera, una viuda de carnes voluptuosas con mucho carácter.
Mientras recopilaban información acerca de Nashor en las tabernas de la ciudad, fueron testigos de más de algún "conflicto político" en las calles tolnedranas que se solucionaba en la oscuridad de las callejuelas con asesinatos bastante breves. Todo era relativamente tranquilo hasta que decidieron visitar al conde Drevor Ranite, uno de los nobles de más peso en la ciudad cuya enemistad con Nashor era de público conocimiento. Se presentaron allí, pero el criado que les abrió la puerta Drevor no pudo atenderles pues se encontraba muy enfermo. Como Pertu dijo tener conocimientos de medicina, consiguió convencerle para atender a su señor, y se presentaron frente al anciano. El nyissano, gracias a sus conocimientos, desveló que el noble había sido envenenado con un extraño y lento veneno que no tenía antídoto. Un rico comerciante, amigo de Drevor, llamado Karal se presentó de inmediato y les pidió que descubrieran al culpable material y a quien estaba detrás de ello.
Tras interrogar a todos los miembros del servicio, uno de ellos se derrumbó ante las veladas acusaciones del ulgo y confirmó haber estado comprando parte de la fruta en un puesto nuevo del mercado que se la vendían más barata, para quedarse con las vueltas para él. Ante el asombro general de los otros sirvientes, el joven les indicó donde estaba el puesto y quién vendía allí. Se dirigieron al lugar, pero como ya era tarde, el mercado estaba desmontado. Decidieron dar una vuelta más por la ciudad y cenar algo, hasta el día siguiente. Hz2b entabló una buena relación con el dueño de la taberna "El Tuerto", un antro bastante deleznable con un tabernero antipático y ácido que no dejaba de meterse con cualquier que llegara allí -lo cual reducía el círculo a gente de muy mala reputación-. También pasaron por los burdeles de la ciudad, pese a la negativa de Hz2b que se quedó esperando fuera, Aku, Minsc y Pertu entraron. Este último terminó subiendo con un ricachón que se le insinuó y una joven cortesana que había contratado, en principio, para mirar solo. Sin embargo, Pertubetasa terminó siendo "atacado a traición" por el mercader mientras el nyissano se encontraba completamente entregado a la cortesana. Tras sobrevivir dolorido a la sesión de sexo, el nyissano pagó a la joven y, como le dijo el hombre, se cobró su parte -lo que se tradujo en la bolsa completa del susodicho-, por lo que bajó todo lo rápido que su estado le permitía, de las habitaciones y, recogiendo a Minsc y a Aku que no habían tenido éxito con las mujeres, se marcharon a la posada a descansar.
A la mañana siguiente, fueron al mercado y encontraron al vendedor. Decía ser un escriba al que Nashor le había pagado porque vendiera fruta y, en especial uva que tenía escondida al resto de comerciantes, a un joven en concreto, por debajo de su precio, pero no sabía nada de que la fruta estuviese envenenada ni nada. Afirmó testificar en contra del noble y el grupo dejó que se marchara a casa, quedando en verle más tarde.
El resto del día lo pasaron buscando a la driada, pues Xelena había desaparecido de su cuarto, cansada de esperarles, y se había dirigido ella misma a casa de Nashor, a inspeccionarla. Además, había comprado algo de ropa dado que el grupo llevaba prometiéndoselo desde que llegaron y todavía no lo habían hecho.
Así que cuando dejaron a Xelena contenta, se marcharon a recoger y proteger al falso mercader que Nashor había utilizado para envenenar a Drevor, pero antes de salir de la taberna, escucharon que el pregonero había muerto, seguramente víctima de un atraco o por culpa de las intrigas políticas que se estaban desatando en orden a suceder al emperador Ran Borune XXIII. Al parecer, era bastante común que hubieran bajas en los diferentes bandos, a fin de persuadir a los candidatos más débiles en esta "carrera de fondo".
Indignados, al anochecer se dirigieron al lugar en busca de cualquier pista que les dijera quien había sido, pero mientras pasaban cerca del lugar, les atacó un pequeño grupo de mercenarios a los que mermaron y espantaron; lamentablemente, uno de ellos logró herir a Pertu de gravedad suficiente como para que no pudiera acompañarles. Como en medio de la disputa había pillado a un monje y le habían protegido, éste se dirigió a su pequeña delegación explicándoles que habían recogido a un rastreador y que podría ayudarles a perseguir a los criminales y entregarlos a la justicia (iluso). De este modo, un sendario algo sorprendido por el favor que los monjes de Mar Terrin que le salvaran la vida cuando lo encontraron delirando, le estaban pidiendo, se incorporó al grupo. Rastreó rápidamente las recientes pisadas entre los callejones y al encontrar a los mercenarios, lograron sacarles en sus últimas palabras que Nashor les había enviado, todo ello antes de que el ulgo emparedase en la muralla sus cadáveres. Tras esto, se marcharon al hospital de la ciudad, que se encontraba junto al puesto de legionarios -donde días antes habían intentado pedir algún trabajillo y habían sido invitados a abandonar el lugar- y tras pagar los emonumentos incrementados que les pidieron por tratar a un nyissano, lo dejaron allí recuperándose.
A esas horas, se presentaron rápidamente en casa de Karal, puesto que les parecía muy tarde para molestar al anciano Drevor, a comunicarles lo que acababa de suceder. El noble les dijo que sin testigo, no podían acusar directamente a Nashor, por lo que tendrían que buscar otro medio para denunciarle por el envenenamiento de Drevor y el resto de cosas que les había contado que sucedieran en Strand.
Los siguientes días transcurrieron urdiendo un plan, al mismo tiempo que iban ofreciéndose por todos los lugares para realizar alguna misión o cumplir algún encargo. En este momento se les unió Silian, una drasniana que se había presentado afirmando conocer sus intenciones y ofreciendo su ayuda como espia y sus conocimientos tras vivir unos años en la ciudad. Fueron a recoger a Pertu, que ya estaba recuperado, a sus monturas de las caballerizas de la ciudad y las llevaron a casa de Silian, donde apretujados, establecieron como base, y a Xelena, abandonando la posada.
Fue el sumo sacerdote de Nedra del templo de Tol Rane quien decidió intentar confiar en ellos con una sencilla misión: alguien le había robado el anillo que le distinguía por su rango y quería recuperarlo con la mayor discreción posible. Las pesquisas del grupo les llevaron a la "Mascara de Adularia" (homenaje al NWN, je), donde hablaron con la dueña y descubrieron que una de sus chicas se había llevado el anillo para obligar al sacerdote a hacerse cargo de la educación de un hijo bastardo de unos diez años que había tenido con la hermana de la dueña. Tras hacer de intermediarios en las negociaciones, estas se rompieron cuando el grupo decidió incrementar las peticiones de la dueña del burdel con las suyas propias, queriendo tener ganancias extra en plata y oro. Amenazados por el sacerdote y con la decepción por su actuación confirmada de la tía del niño (al que Hz2b quería prostituir en un cruce de caminos con los carreteros solitarios), dejaron estar el tema para centrarse en Nashor.
Cabe destacar que durante el almuerzo y antes de dirigirse a hablar con el sacerdote de Tol Rane, los aventureros comieron de sus propias provisiones, sirviéndose Silian ciertas setas de aspecto apetecible que llevaban encima del equipaje olvidado por aquel nyissano que salvaran antes de llegar a la ciudad. Los efectos de las setas, que resultaron ser alucinógenas, llevaron a la drasniana a cantar y bailar en la pequeña plaza que había donde se encontraban, desnudándose y entrando en la fuente a bailar, hasta que se durmió en el borde de la misma. Es por ello que se encontraba descansando en su casa, junto a Xelena y las monturas mientras los aventureros seguían buscando modos de ganar dinero. Esa noche, Hz2b decidió investigar por su cuenta en la mansión de Nashor. De madrugada, se introdujo por las sólidas paredes y paseó por varias estancias, intentando localizar la guarida de Nashor. Como era de esperar, al querer atravesar una pared, topó con el armario del cuarto de la hija del noble y el pánico cundió en el palacete. Rápidamente, el ulgo escapó de allí y volvió a la casa donde descansaban, manteniendo en secreto su excursión nocturna al resto del grupo.
Querían hacer más, pero no terminaban de decidirse. Fueron a visitar a Drevor, que cada día estaba más débil, y en la puerta se encontraron con un tolnedrano acompañado de una exótica nadrak que no paraba de gritarle. El hombre resultó ser Domnhull Ranite, hijo de Drevor, y recibió la noticia del envenenamiento como un jarro de agua fría. Si por él hubiera sido, habría atacado a Nashor en ese mismo instante, pero Karal, que también se encontraba allí, y el resto del grupo le frenaron. Pertu pasó a convertirse en el médico de Drevor, ya que era el único que conocía la dolencia del anciano y los únicos remedios que podían aliviarle levemente el dolor en su larga agonía. Hz2b, Aku, Minsc y Drazhark -quien se dejaba llevar por estos acontecimientos-, pensaban que debían hacer algo, pero las últimas informaciones les decían que Nashor había incrementado sus guardias desde la noche anterior. Xelena estaba ya harta de esperar y en casa de Silian, los caballos no paraban de ensuciar la pequeña estancia, mientras la drasniana se recuperaba de la indigestión y la driada miraba con cara de pocos amigos a los hombres. Al final, por la insistencia de Xelena, decidieron actuar esa misma noche.
Se acercaron en la oscuridad y planearon distraer a los guardias, Xelena, que llevaba la iniciativa se insinuó a uno de los guardas que había en la puerta. Éste se acercó, completamente hechizado por la singular belleza de la driada. En ese momento, un par de flechas rompieron el silencio de la noche cuando ensartaron al otro guardia. El que estaba entretenido con Xelena se dió la vuelta ante el sonido y la menuda driada aprovechó dicho instante para clavarle la daga en la nuca, matándolo en el acto. Abrieron la puerta principal con suma cautela, siendo el mimbrano Aku el más diestro en abrir cerraduras, pese a sus casi dos metros de altura y su fuerte complexión, pero una vez abierta, el valeroso e insensato mimbrano cruzó el umbral, provocando que sonara una campanilla que hacía de alarma.
Casi en el mismo instante en el que sonó la alarma, comenzaron a escucharse pasos y voces apresuradas que parecían subir hacia la planta desde el sótano. Aku fue a plantarse dentro, pero Xelena le convención de que abriese la trampilla que daba paso al sótano desde el patio, entrando por ahí y cerrando la puerta del exterior.
Bajaron con sigilo y fueron avanzando hasta la planta superior sin apenas encontrar guardias, aunque las estancias daban a entender que habían más de una veintena de mercenarios durmiendo allí. Les registraron los arcones y se quedaron con el dinero y, cuando llegaron a la planta de arriba, mientras buscaban el acceso a la planta superior, comenzaron la batalla. Hubo muchos heridos y combates. Minsc y Aku se parapetaron en la escalera, combatiendo en el estrecho espacio, uno a uno a los que se atrevían a subir. Fueron heridos, pero sin demasiada gravedad. Por su parte, Drazhark, Pertu, Hz2b, Xelena y Silian combatían contra los guerreros que custodiaban la planta superior y los aposentos de Nashor. Los derrotaron, pero Hz2b quedó gravemente herido -pese a tomar un extraño brebaje que encontraran en la propia casa del noble-, al igual que Silian, que había perdido una pierna y no paraba de sangrar mientras se resolvían las escaramuzas.
Minsc y Aku se unieron a sus compañeros cuando los supervivientes de la planta baja decidieron huir antes que enfrentarse a al segura muerte de esas dos moles y tras derrotar a los mercenarios que se ocultaban en las habitaciones de Nashor, le siguieron a una pequeña recamara. Resulta que el maldito había escapado, llevando consigo sus pertenencias, a través de un pequeño pasadizo secreto que conectaba el cuarto con sus cámaras secretas y con el baño del otro extremo de la habitación. Mientras registraban entre los títulos de propiedad y la caja de caudales de Nashor, escucharon un ruido sordo y el tintineo de varias monedas. Salieron de nuevo al pasillo y encontraron a la esposa de Nashor con el rostro colorado, recogiendo como podía monedas del suelo. Vio al grupo que había entrado en su casa y les desafió con la mirada; les dijo que dejaran a sus hijos en paz, que hicieran con ella lo que quisieran y con Nashor también. Cuando le contaron que no era política, sino venganza por asesinar y secuestrar a dos driadas, la mujer les pidió que se fueran y que no se llevaran el dinero de sus hijos, puesto que lo más probable es que perdieran mucho más a causa de los vicios de su esposo. Consternados, le entregaron las grandes sumas de dinero (salvo algunos montones Drazhark y Hz2b) que habían saqueado y se marcharon corriendo a perseguir a Nashor.
Al salir a la calle, todo estaba tranquilo. Nadie parecía haberse enterado de lo que sucedía en casa del noble y a nadie parecía importarle tampoco. Drazhark intentó seguir el rastro y comenzaron a correr para acabar el trabajo. Lo divisaron a o lejos, dirigiéndose al cuartel de la legión. Pese a que eran más rápidos que él, el cuarentón noble que huía vestido solo con unas largas calzas estaba prácticamente en la puerta. Mientras todos corrían, Minsc se detuvo, tensó su enorme arco y disparó una flecha que acertó en la parte superior del hombro de Nashor, haciéndole trastabillar y caer al suelo, donde otra flecha lanzada por Xelena le atravesó el muslo, chocando su punta de madera contra el empedrado. Lo malo es que lo hizo en la puerta del cuartel y fue rápidamente cubierto por varios legionarios que estaban presenciando los hechos por estar de guardia o por haber salido a ver el escándalo que había en las calles. Entonces el grupo huyó, perseguido por la legión y temeroso de si les encontraban, pues nada podrían hacer contra tan numeroso enemigo y nada ganaban convirtiéndose en proscritos reconocibles por todos en Tolnedra cuando aún querían llegar a la capital.
Se ocultaron en casa de Silian, junto a los caballos. El hedor de excrementos, sudor y sangre del grupo hacía la atmósfera irrespirable y el hecho de tener que silenciar cada movimiento mientras la guardia registraba las calles, lo hacía peor aún. Tuvieron suerte, no llegaron a descubrirles, pero no querían arriesgarse más: estaban en casa de una casi desconocida que, para colmo, habían dejado abandonada, prácticamente muerta en casa de Nashor. Como la drasniana llevaba años viviendo en la ciudad, no iba a ser muy difícil que registrasen el lugar.
Esperaron un par de horas y se dirigieron rápidamente a casa de Drevor. Allí, su hijo Domhnull les atendió e hizo que el servicio acogiese los caballos en sus propias caballerizas. El hijo del noble se encontraba velando a su padre, junto a la nadrak que le acompañaba y que le miraba con una tierna expresión. Le contaron rápidamente lo que acababan de hacer y Domhnull les ofreció su casa como refugio y les prohibió salir. Les ordenó que se olvidaran de Nashor, agradeciéndoles su dedicación y ofreciéndoles una buena suma como recompensa. También les comunicó que celebraría su boda con Yllyah al día siguiente, pues quería que su padre le viera contraer matrimonio antes de abandonar este mundo y le pidió a Pertubetasa que se quedará con él esa noche, preparando remedios y alivios para el anciano envenenado. El grupo fue acomodado en habitaciones separadas, para al fin descansar de tan arduo día. Todos menos uno: Hz2b tenía cuentas pendientes, así que atravesando la pared de los edificios y aprovechando la cercanía de este palacete con el del sumo sacerdote a Nedra, se coló en su dormitorio y colocó la pesada y fría hoja de su cuchillo ulgo sobre su cuello. El sacerdote abrió los ojos, horrorizado, dispuesto a gritar, pero antes si quiera de que decidiera qué hacer, Hz2b hundió el filo en orondo cuello mientras le decía que no merecía servir a ningún dios. Volvió rápidamente a casa de Domhnull, se limpió la sangre en uno de los baños modestos del servicio y se acostó.
A la mañana siguiente, todo el mundo corría con los preparativos para la boda, hasta que un mensajero del Templo de Nedra les dijo que tendrían que suspenderla, pues habían hallado muerto al Sumo Sacerdote en sus aposentos. Domhnull, Karal y todas las personalidades de la ciudad, así como los más beatos a Nedra -que eran más bien pocos- acudieron al funeral y se tuvo que posponer la boda. Mientras esto ocurría, el grupo se dedicó a descansar, bañarse, limpiar sus armaduras y permanecer en el anonimato. Por supuesto, se les había incluído en la celebración de boda, a pesar del desafortunado incidente que solo conocía el ulgo.
Transcurrió el día y la noche tranquilos, salvo porque la bella Xelena, sin ningún motivo aparente, entró en el dormitorio de Aku a altas horas de la madrugada. No intercambiaron palabras, solo gestos. La driada se coló en las suaves sábanas junto al mimbrano y desataron una pasión y furia que llevaban semanas ocultando mientras seguían tras la pista de Nashor y a la que dieron salida esa única noche (como bien pudo atestiguar Drazhark, quien dormía en la habitación de al lado y a quien despertaron ciertos sonidos y golpes). A la mañana siguiente, por fin se celebró la boda. Los sirvientes bajaron en una litera al padre hasta el patio para que pudiera asistir y allí Yllyah y Domhnull unieron sus vidas según el rito de Nedra. Tras las celebraciones, las felicitaciones y el alimento, todos se retiraron a descansar. Pertubetasa pasaba las noches junto al ojeroso Domhnull, velando a Drevor. Esa misma noche, el recién casado hizo llamar a todo el grupo a los aposentos de su padre. Acababa de morir.
De esta forma, un día después de su boda celebraron el funeral del conde Drevor Ranite, al que asistió también la mujer de Nashor, que miraba hacia el grupo pero no decía nada. Según parecía, Nashor se encontraba en su casa, custodiado por legionarios para evitar un nuevo ataque mientras se recuperaba y habían pocas pistas acerca de sus agresores, ya que no podía reconocer abiertamente el asunto de la driada.
Durante la tarde, tras enterrar a su padre, Domhnull entregó unos papeles viejos y gastados en una lengua extraña a Hz2b, así como un disco luminoso, pues pensaba que eran de la gente de las cavernas, como él. El ulgo los entendió perfectamente y se lo agradeció. Domhnull le explicó que había pasado años persiguiendo descifrar aquellos manuscritos y había perdido parte de su vida. Ahora, casado y con un escalón superior en la familia Ranite, no tendría tiempo para pensar en ello nunca más.
Así que a la mañana siguiente, el grupo se despidió de Domhnull y de su mujer, salieron de la ciudad como si nada, cubriendo a Xelena y evitando que la vieran y, cuando se alejaron lo suficiente, se despidieron. Pertubetasa quería volver a Nyissa y Xelena al Bosque de las Driadas. Para asegurarse de que la joven cometiera el error de seguirles de nuevo, el nyissano la acompañaría hasta el interior del mismo bosque y tal vez visitara a una conocida de su última visita. El resto del grupo, Hz2b, Minsc, Aku y Drazhark, seguirían a través de la Gran Ruta del Oeste hasta la capital, Tol Honeth, a entregarle la carta de la Reina Xanta al Emperador Ran Borune XXIII.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Resumen Partida Belgarath 2ª Parte: Tol Rane
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