Hace un par de semanas terminamos el visionado de la segunda temporada de esta breve serie de episodios de poco más de veinte minutos y de doce capítulos por sesión. Protagonizada por Toni Collette ('La Boda de Muriel', 'El Último Golpe') y John Corbett ('Mi Gran Boda Griega') y surgida de la imaginación de la guionista ganadora de un Oscar Diablo Cody, cuenta la historia de una familia un tanto especial donde la madre, Tara, padece de un síndorme de personalidad múltiple que en cualquier momento se le manifiestan, siendo su vida un auténtico caos.
Dejando atrás lo increíble del argumento, puesto que esto es una segunda temporada y se da por supuesto que vimos la primera, en estos doce capítulos la familia de Tara se ha descontrolado más si cabe. Aunque parecía que Tara había logrado reprimir a sus alter con la medicación, pronto fue Buck quien tomó el control, acostándose con Tamy, la camarera de un bar al que iban. El trauma de las personalidades volvió al morir el vecino y comprar Max la casa para reformarla, ya que al entrar Tara en ella, recordó algo oculto de su pasado (por alguna casa similar). A Buck le siguió una nueva incorporación, la psicóloga Shoshanna, primera personalidad múltiple -y única hasta la fecha- que es capaz de interactuar con Tara y con la que puede comunicarse y ser consciente de lo que sucede.
"Gracias" a este nuevo alter, Tara irá descubriendo más detalles sobre su olvidado pasado, todos en referencia a una tal Mimi (que recuerda mucho a la personalidad de Alice) que cuidó de ella y de su hermana Charmaine mientras eran pequeñas.
Alrededor de Tara, todo se vuelve más caótico. Kate, la hija mayor, traba amistad con una mujer llamada Lynda (Viola Davis) a la que conoce al intentar cobrar una deuda debido a su nuevo trabajo, pero pronto termina siendo la imagen de la princesa Valhalla Hawkwind, un comic que Lynda escribió en su juventud sin mucho éxito. Pero esta relación se va al traste cuando Tara conoce a Lynda y, prácticamente, la utiliza para desconectar un poco de su vida y listo. Su comportamiento es de los más exasperantes durante la temporada, especialmente antes de y cuando conoce por internet a su nuevo novio.
Marshall sigue con las mismas, descubriendo y aceptando su homosexualidad y probando el mundo homosexual acompañado de un gay autodestructivo con el que terminará saliendo. A pesar de todo, sigue siendo el más normal de la familia.
Max en esta temporada se desmorona. Ya no puede soportar que a Tara le salgan de la nada nuevas personalidades y que las anteriores vuelvan y, sobretodo, que ella le oculte que han vuelto a aparecer. Cansado y hastiado, llega a cometer más de un desliz, aunque termina siendo perdonado, ya que al lado de su mujer... todo se queda pequeño.
Y Charmaine, sigue igual que en la primera, pero afrontando sus problemas (sobretodo el embarazo) de frente y muy tierna en las escenas con Neil. También se mete menos con su hermana, que ya es un decir.
La temporada ha sido media, aún me sorprende como han renovado a la serie para una tercera, porque aunque es interesante poder descubrir cual fue el trauma que volvió loca a Tara, muchas de las situaciones no se sostienen, ni tienen pies, ni cabeza, pero claro, eso es algo que ya se va arrastrando desde el inicio de la serie. Desde luego, como comedia apenas funciona y como drama, poco más.
Opino que esta temporada se merece un 6/10.
viernes, 20 de agosto de 2010
2ª Temporada de 'United States of Tara'
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario