lunes, 9 de mayo de 2011

'Street Fighter. La Leyenda'

'Street Fighter. The Legend of Chun Li', de Andrezj Bartkowiak. U.S.A. (2009)

La pequeña Chun-Li (Kristin Kreuk, la Lana de 'Smallville'), tiene que presenciar como un mafioso llamado Bison (Neal McDonough) junto con sus secuaces, entre ellos un enorme afroamericano llamado Balrog (Michael Clarke-Duncan), secuestran a su padre en su casa.

Los años pasarán rápido para la joven concertista de piano, hasta que su madre fallezca de un tumor y Chun-Li, sin nada que la ate ahora, decida perseguir al hombre que se llevó a su padre. De este modo, emprende una búsqueda por las peores zonas de Thailandia, con el único fin de eliminar a Bison y a la organización criminal que éste lidera.
Por suerte para ella -que no para nosotros, puesto que esto es simplemente relleno para hacer más larga si cabe esta abominación de película-, un agente especial de la C.I.A. destinado en Thailandia, Charlie Nash (un Chris Klein que envejece horriblemente) y su nueva compañera, la detective Maya Sunee (Moon Bloddgood), también siguen los pasos del cruel mafioso, por lo que contará con algo de ayuda.

Mientras vaga por las calles de Bangkog como una vagabunda, Chun-Li se encontrará con Gen, un maestro en artes marciales, miembro de una banda de criminales que también quiere ver desaparecer a Bison. Gen culminará el entrenamiento básico en artes marciales que Chun-Li había recibido de su padre siendo niña y la entrenará para que sea lo suficientemente fuerte como para acabar con Bison y Balrog.

Junto a ellos, Vega también tendrá un par de apariciones, siendo la última la más ridícula, en ese enfrentamiento bastante triste contra la heroína de la cinta.

Hay poco más que se pueda decir acerca de esta película. Es vergonzósamente mala. Lo que pretendía ser el reinicio de nuevo de la saga "Street Fighter" se queda en un "quiero y no puedo" donde tanto el director, como los actores, están pasando el rato disfrutando del cheque cobrado y poco más. Cierto es que con el paupérrimo guión con el que se contaba, poco más se podía hacer. Ninguna escena tiene tensión, ni siquiera la de la muerte del padre de Chun-Li, y la película deja a su predecesora protagonizada por Van Damme y Raul Julia, como una auténtica obra de arte... lo cual dice mucho -y no bueno- de esta última versión.

Un 2'8/10 es lo que mi criterio le da (que no es universal, por supuesto... ¡a ver si me debate alguien en algo!).

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