'Shaun of the Dead' de Edgar Wright, Reino Unido/Francia (2004)
Shaun es un pobre diablo que cada día cumple la misma rutina, desayuna algo de la tienda de su comercial asiático, va al trabajo, toma unas cervezas y termina la jornada junto a su novia en el Winchester, un pub donde se reune con su compañero de piso, Fred, un desastre total, y la pareja que vive con su novia.
Su novia, cansada de ello, le deja y Shaun se ve solo con Fred, jugando a la consola y sintiéndose como lo que es, un inútil. Mientras tanto, una extraña plaga va asolando Londres y el resto del mundo, una gripe que mata a las personas y las convierte en zombies. Casi toda la población se ha convertido en zombies, pero Shaun es capaz de pasar a su lado sin inmutarse, ni darse cuenta.
Cuando Fred y Shaun comienzan a encontrarse a estos zombies en su jardín o en casa, al principio se lo toman con bastante guasa, sin llegar a asustarse de los posibles comedores de carne, atacándoles con discos, vasos y demás tonterías, hasta que deciden armarse con un palo de cricket y una pala y golpearles en la cabeza hasta dejarlos secos. Tras esto, con un cadáver en el salón y un posible caso zombie en el piso de arriba, deciden urdir un plan para rescatar a la madre de Shaun e ir a por su novia Lily, para después atrincherarse en el Winchester, un lugar con comida, bebida y todo lo seguro que sus mentes pueden concebir.
Así que salen de casa y se dedican a llevar a cabo su plan, encontrándose con zombies, esquivándolos, golpeándoles con saña, todo para conseguir llegar con su madre y con Lily al Winchester, ya que tienen un rifle y les puede servir de ayuda. Sin embargo, no todo sale lo bien que se esperaba (he de decir que las piernas no son buenas armas), sobretodo por lo patosos y estúpidos que son los personajes, que superan en lentitud a los zombies.
Esta película, que apareció poco después del 'Amanecer de los Muertos', como contraofensiva paródica, nos presenta a unos personajes inútiles que son capaces de sobrevivir a los zombies lanzándoles discos, discutiendo frente a ellos o haciéndose pasar por muertos vivientes para pasar tranquilamente entre los mismos; que buscan refugiarse en un pub en lugar del tan recurrido centro comercial y que, tras la debacle, logran ser salvados (cosa que no pasa en las pelis de zombies) y encima mantienen a los muertos vivientes como trabajadores esclavos, colegas para jugar a la consola, mantenidos por sus seres queridos en algunos casos y defendidos por asociaciones de defensa de los derechos de los no muertos.
Solo hay que ver el inicio, donde la gente con sus rutinas ya parecen zombies, escuchando la misma música, yendo al mismo lugar, actuando de la misma forma, para saber que lo único que cambia a la población es su condición de viva a muerta. De hecho, la novia de Shaun le critica por lo que espera de la vida y su rutina diaria para acabar siendo prácticamente como él, o al menos dar esa sensación.
Buena parodia, algo divertida pero sin pasarse, con algunos guiños al género (hasta ese salto de seto de jardín en colchoneta del videojuego de SNES "Zombies ate my neighbours"), y sin hacerse demasiado pesada.
Para un 6'6/10.
domingo, 10 de mayo de 2009
'Zombies Party'
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