jueves, 11 de noviembre de 2010

'Funny Games (2007)'


'Funny Games', de Michael Haneke. U.S.A./Francia/Austria/Reino Unido/Italia/Alemania (2007).

"¿Por qué hacéis esto?" -George Farber
"¿Por qué no?" -Peter


Una familia adinerada (Naomi Watts, Tim Roth y un hijo) se dirige a pasar sus vacaciones en la casa que tienen a las afueras, una bonita urbanización de casas aisladas unidas por un lago. Cuando llegan a casa un par de jóvenes pidiéndoles un par de huevos para la familia de amigos con la que se hospedan, nada hace presagiar el giro que tomarán los acontencimientos al entrar en escena Paul (Michael Pitt) y Peter (Brady Corbet).
Muy pronto se descubre que las intenciones de estos dos jóvenes vestidos de blanco impoluto y con guantes, no son nada inocentes. Obligando a la familia a jugar un macabro y sádico juego, les dejan incomunicados y heridos, evitando que puedan defenderse y asegurándoles que antes de las 9 de la mañana del día siguiente, todos habrán muerto.

Haneke juega con la violencia porque sí en esta película, fiel remake de su original austriaco realizado diez años antes. En ninguna de las situaciones hay música en la cinta, ni un leve atisbo de sonido más que las conversaciones, respiraciones y el poco ruido ambiental, creando mayor tensión en pantalla aún. Esta claro que Paul y Peter juegan con los espectadores, con nosotros: nos dan una dosis de violencia donde nada va a salir bien para los "buenos", donde ellos controlan todo y donde casi se burlan de nosotros porque seguimos ahí, viendo como se despoja de dignidad y se tortura a una familia indefensa. Y se ve en cada guiño que los protagonistas hacen a cámara y esas preguntas lanzadas directamente al espectador.
Especialmente dirigida al público, fruto de esa "broma" que supone toda la cinta es la escena del mando a distancia. Parece que sea un "vosotros queréis ver cómo acaba mal y que esto siga, así que no voy a decepcionaros", sobretodo cuando grita que eso no debía pasar así y busca desesperado el mando por el salón. Y qué decir de la última conversación en el bote, donde Peter habla de si la violencia representada es igual de repulsiva y despreciable, igual de real en defnitiva, que la violencia que se sufre en la vida real, dándonos prácticamente mascado el principal tema de la película.

Una película desagradable, que muestra la vileza del ser humano y la falta total de moral en esa espiral de crímenes que Paul y Peter pretenden llevar a cabo en tan idílica localización. Correcta dirección de los actores, que transmiten en cada momento la angustia que sufren o la completa frialdad característica del personaje de Michael Pitt, frente al retrato más bobalicón e inestable de su compañero de fechorías, Brady Corbet. La vi aunque prefería haber conseguido la versión original del film austriaca, la que realizara Haneke en 1997, aunque según he podido ver, la crudeza es la misma y el argumento idéntico. Cine perturbador que no se muy bien si recomendar o no, a pesar del "mensaje" de la cinta.

Le doy un 6/10.

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