miércoles, 30 de junio de 2010

'Blood: El último vampiro (2009)'


'Blood: The Last Vampire', de Chris Nahon. Hong Kong/Francia/China, (2009).

Adaptación de la película de anime 'Blood: El Último Vampiro', comentada antes, la película cuenta los mismos hechos que en la cinta de dibujos, narrando muchas de las cosas que en la primera quedaban en el aire y que tal vez se completaron con la posterior serie de animación.

De nuevo, Saya tendrá que colarse en una base militar americana en terreno nipón para poder acabar con la amenaza de los quirópteros y, en esta ocasión, de un mal mayor llamado Onigen.

Saya (interpretada por la surcoreana Jeon Ji-hyun, conocida como Gianna Jun) es una humana que trabaja con una organización eliminando a vampiros. Tras un breve trabajo en el metro (idéntico al del anime), su superior le encarga infiltrarse sin levantar sospechas en la base americana puesto que se están produciendo numerosas muertes en toda la zona y un par en la base, que suponen el regreso de Onigen, el mal personificado que hace siglos ya, matara a un poderoso guerrero que se enfrentó a él y del que Saya es heredera directa.

En la base militar su destino se cruzará con el de la hija del general que está al mando de las misma, Alice McKee (Allison Miller), (y que aquí sustituye el rol de la enfermera de la cinta de anime), quien se verá implicada en el asunto al ser salvada de dos jóvenes que estaban a punto de mutar por Saya. Alice implicará a su padre y la investigación estará a punto de estropearse por las injerencias del militar, que destapa la coartada del equipo de Saya. De este modo, la siempre impasible Saya se enfrentará a estos demonios ayudada por Michael (Liam Cunnigham), mientras combate con gran cantidad de enemigos, con el objetivo de matar para siempre a Onigen.
La película toma como base el argumento principal de la propia película de anime, explicando aquí el origen sobrenatural de Saya (puesto que se la ve bebiendo sangre en algunas escenas) y su entrenamiento con el viejo Kato en el Japón feudal. Como último adelanto, la escena final de la lucha contra Onigen es, bajo mi criterio, la que desmerece completamente la cinta. Hay muchas escenas de combate, sobretodo luchas de espadas, muy bien coreografiadas y con un enorme abanico de enemigos dispuestos a morir (pese a que la sangre es exageradamente digitalizada y los efectos especiales se nota que son de menor calidad que los que vienen de Hollywood) bajo la katana de Saya, ya sea en esta época o en los flashbacks que pueda tener la protagonista. La investigación y el ataque de dichas criaturas en la base militar y en los alrededores (magnificado aquí de la película original) mantienen perfectamente el guión y la historia, que a veces, para detener un poco el ritmo, requiere de algún que otro flashback del pasado de Saya para alternar un poco más la acción.

Sin embargo, los últimos combates, tanto el que transcurre en el barranco, como el que pasa en el pueblo donde se crió Saya -especialmente este último- dejan al espectador con mal sabor de boca, con un desenlace que no se ha sabido aprovechar y que deja la cinta bastante coja, a pesar del prometedor ritmo que, sin ser de otro mundo, llevaba.

En resumen, le doy un 6,3/10. Sobretodo por que disfruté bastante viendo como combatía Saya contra cualquiera que se pusiera delante y porque me pareció muy duro el anciano Kato en su lucha en el bosque.

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