jueves, 16 de julio de 2009

'Los Siete Samurais'

'Shichinin no samurai', de Akira Kurosawa. Japón (1954)

Un pequeño pueblo de campesinos, harto de ser asediado por un grupo de cuarenta bandidos que les roban las cosechas, a sus mujeres y sus enseres, decide, tras consultarlo con el patriarca, salir en busca de cuatro samurais a los que ofrecerles comida y alojamiento por defenderles. Es una tarea ardua, puesto que los guerreros tienen un gran honor que les impide rebajarse a realizar un trabajo digno por poco más que arroz, pero lo intentan. Desesperados por tanta negativa y sufriendo las burlas de otros ciudadanos que comparten la casa de paso, están a punto de abandonar. Justo en ese momento, presencian a un samurai rapándose la cabeza y disfrazándose de monje para intentar salvar a un niño que retenía un ladrón. Cuando el samurai se marcha, otros dos le siguen: uno joven -Katsushiro- que desea ser su aprendiz y uno loco, bastante excéntrico, que es rechazado (Toshiro Mifune). Los campesinos logran convencer a este carismático samurai que es quien encabeza, a partir de ese momento, el reclutamiento. Así, a parte del joven, convence a un antiguo compañero -Shichiroji-, a un gran espadachín muy serio llamado Kyuzo, a un bromista -Gorobei- y a otro samurai que estaba cortando leña, Heihachi. Cuando ya son seis, deciden volver al pueblo con los campesinos mientras el samurai loco que siguió a Kanbei en un primer momento, que dice llamarse Kikuchiyo y tener 13 años, les persigue, pidiéndoles unirse a ellos.

Cuando por fin llegan al pueblo, los campesinos no salen a recibirlos porque les temen. Sin embargo, una "magistral" actuación de Kikuchiyo les hace salir a todos y cuando llega el anciano patriarca, comienzan los preparativos para organizar al pueblo y poder defenderlo de la banda de 40 bandidos que les aterrorizan.

Con esta premisa, Kurosawa vuelve a contar una historia épica, una batalla que libran los valientes samurais, ayudándose de los inexperimentados granjeros, contra los bandidos, con el fin de librarles de una vez por todas de sus ataques. A su favor, hay que decir que es una buena historia y que no se hace excesivamente pesada, pese a que se necesitará una noche completa o una tarde para poder verla entera -ya que dura tres horas y veinte minutos- del tirón. Cada samurai está muy bien definido, al igual que los personajes secundarios, contando con su personalidad y sus motivaciones, pese a que hay algunos como Kyuzo o Gorobei que a pesar de su fuerte carisma, pasan algo más desapercibidos ante el protagonismo de Kikuchiyo, Katsushiro y Kanbei principalmente. Es una de las películas por excelencia del cine japonés y una de las principales que hay que ver por todo cinéfilo; sirvió de inspiración a 'Los Siete Magníficos', de 1960, así como a varias obras más.

Mi puntuación: 8'9/10.

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