miércoles, 25 de marzo de 2009

Reflexiones post-juicio

Bueno... hoy he tenido el susodicho pleito de faltas. En líneas generales, y aunque me vuelvo desanimado cada vez que el juez me llama la atención por algo -es que eso de hacer preguntas largas donde casi que lo narras todo... da a entender que o lo tienes preparado o no quieres hacer una pregunta... que fallo- (eso sí, chúpate esa reprimenda, contraria, por no dar los documentos cuando te los piden!! xDD), creo que al menos, la balanza ha quedado lo suficientemente inclinada como para que el juez no tenga preferencias, pero en estos casos, el fiscal suele llevar la voz cantante y me da la sensación de que éste es uno de ellos.

Me queda una sensación frustrante de no haber podido dar todo lo que debería, o haber pasado detalles por alto, o haber previsto cosas que deben pasar... no se si es la falta de experiencia, que no me centro o, sencillamente, que como todos dicen, debería haberme decantado por unas oposiciones antes, no lo se. La cuestión es si todos estos malos tragos tendrán frutos en el futuro o son un aviso de lo que me espera, así que de momento queda tomárselo más en serio todavía, estar más atento, ponerse siempre en el lugar de la otra parte (que rápido hemos olvidado el analizarlo todo, no superficialmente, sino tooooodo) y seguir avanzando para ver el camino al que nos dirigimos. Voy a dejarlo, porque cuanto más pienso en ello, más vueltas le doy y más me martirizo, así que...


Para poner la frase, esperé un día y edité este post. Allá va:

Cuando muera quiero que me incineren y que el diez por ciento de mis cenizas
sean vertidas sobre mi representante.


(Groucho Marx)

¿A qué era un auténtico génio este tipo?

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