viernes, 9 de septiembre de 2011

'Camelot', otra víctima de los altibajos.

'Camelot'. U.S.A. (2011) 10 Episodios.

Inglaterra se desangra. Tras la muerte de Uther Pendragón, el rey que a base de terror y fuerza, mantenía unidas las poblaciones británicas, el rey Lot intenta hacerse con el vacío dejado, puesto que Uther sólo dejo una hija, Morgana (Eva Green), y bien es sabido que la misma tendrá muy difícil heredar.
Es por ello que se alía con el sanguinario rey Lot (James Purefoy,carismático malvado), para aspirar al trono de los bretones.

Pero el consejero de su padre, el mago Merlín (Joseph Fiennes), les presenta a Arturo y lo declara heredero auténtico de Uther y la reina Igraine (Claire Forlaine), y lo corona en la olvidada y derruida fortaleza de Camelot. Arturo (Jamie Campbell Bower), había estado viviendo en una familia de campesinos que le ha enseñado lo correcto, sin saber nunca sus verdaderos orígenes y ahora, tras descubrir la verdad, conocer a su madre y bajo el férreo tutelaje de Merlín, intentará convertirse en el rey que se espera para todos los habitantes de la isla.

El duro golpe que supondrá para Morgana y Lot la aparición de un hijo varón de Uther y su más que probable derecho legítimo a reinar, les hará rebelarse y atacar a Arturo, mientras que Morgana comenzará a invocar espíritus malignos para obtener el poder necesario para, por su propia cuenta, aspirar a reinar.

Por si no hubieran suficientes problemas para un recién coronado rey al que no sigue todo su pueblo, debido a unos sueños, Arturo se encapricha de una joven a la que no ha visto nunca, hasta que se la encuentre en la playa y descubra que es Ginebra (Tamsin Egerton), la prometida de su mejor paladín, Leontes, y se dejarán atrapar por el deseo lo suficiente como para poner en peligro la confianza de los hombres hacia su rey.

Con una logradísima ambientación y un elenco de protagonistas de tal calibre como Fiennes o la bella Eva Green, así como el intento de reinterpretar la siempre interesante leyenda del rey Arturo, uno se planta ante esta serie con la esperanza de encontrar una más que animada apuesta de entretenimiento, con interesantes intrigas palaciegas, más después de lo visto en 'Spartacus' o en 'Juego de Tronos', sin contar con 'Los Tudor', por ejemplo, pero lo que se nos muestra aquí está ya muy visto y le falta oxígeno para salir a la superficie el tiempo suficiente como para mantener la calidad a flote. Unos cuantos combates a espada salpicados de sangre y que las protagonistas y otras damas más salgan casi desnudas no es sinónimo de que se consiga el resultado de enganchar a la gente.
Para empezar, Arturo no inspira lealtad. Pretendían que fuera un muchacho, pero es que cualquiera sigue antes a Leontes o al hermano de pega de Arturo que al propio rey. La serie pretende que veamos los resultados de los consejos de Merlín y de la educación recibida en las decisiones que toma, pero el personaje que se nos presenta es irresponsable hasta la médula, un auténtico crío hasta el último episodio, donde intenta, a base de hacerse el héroe, solventar la situación.
Merlín ha resultado otra decepción. El hieratismo de Fiennes, que siempre tiene cara de pena o de temer que alguien le de un sopapo, se ha cargado a un Merlín del que se decía que no envejecía porque usaba la magia desde hacía mucho y que aquí parece un aprendiz traumatizado, incapaz de controlar sus poderes y que es engañado por todos.
Eva Green en su papel de Morgana, junto a los paladines Leontes y Gawain han resultado los personajes más creíbles y bien llevados, igual que la monja que acude a Morgana desde la abadía incendiada donde la hermana del rey estuvo internada y se convierte en su más fiel consejera y en quien urde los planes.

Pero el romance entre Arturo y Ginebra, la infidelidad hacia Leontes, resulta una chiquillada, algo muy fuera de lugar y malamente encajado, solo para que se vea que Arturo fue el primero en tomar a Ginebra y que ella, tarde o temprano volverá a él. Si es que ya nos dejan ver que era un poco ligera de cascos, como preparándonos para lo que pasaría en el futuro con Lancelot. A Jaime Campbell le falta carisma para ser querido por el pueblo y creíble en ese papel en pantalla. A pesar de la épica muerte de James Purefoy, eché de menos que el actor que hacía de rey Lot no hubiese dado algo más de juego apareciendo en más episodios de la serie.
En resumen, un juguete demasiado caro -de hecho, es uno de los motivos de que Starz anunciase su cancelación-, que subía un poco y descendía el doble, que hacía indiferente al espectador en todo lo que sucedía, pese a los homenajes artúricos, como el extraer la espada de la roca o la obtención de Excalibur. Tal vez si no hubiera sido tan previsible el romance entre Arturo y Ginebra, si el peso del protagonismo hubiera recaído sobre otro actor con mejores expresiones que el rostro de hurón de Campbell, o si Joseph Fiennes fuese capaz de articular más expresiones en su rostro, la serie podría haber sido mejor, pero no lo fue. Ningún capítulo era capaz de mantener al espectador sentado sin despegar los ojos de la pantalla y eso y las audiencias, mandan, por lo que estamos ante una decepción más que desaparece, con más pena que gloria.

Le doy un 5'3/10.

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