martes, 27 de septiembre de 2011

"Canción de Hielo y Fuego IV: Festín de Cuervos", de George R.R. Martin

"A Song of Ice and Fire IV: A Feast for Crows". E.E.U.U. (2005), España (2007). 864 pág.

La llamada Guerra de los Cinco Reyes casi ha llegado a su fin. Stannis Baratheon ha dejado prácticamente sin defensas Rocadragón en su marcha hacia el norte y Aguasdulces es la única fortaleza en la que todavía ondea el huargo de los Stark y sigue sin doblegarse al Trono de Hierro.

Mientras Cersei Lannister cumple con su papel de reina regente y hace y deshace a su antojo en el Consejo y en el Reino, en el sur, la Casa Martell comienza a desvelar a cuenta gotas un plan que lleva fraguándose décadas para vengar la muerte de la princesa Elia, asesinada por Gregor Clegane cuando cayó la dinastía Targaryen en la guerra del Usurpador. Samwell Tarly parte del Muro con una importante misión, convertirse en maestre para la Guardia de la Noche y, tras la muerte de Balon Greyjoy, el Trono de Piedramar es reclamado por multitud de aspirantes, entre ellos el hermano de Balon, de Victarion y de Aeron Pelomojado, Euron Ojo de Cuervo, que ha regresado para reclamar el trono de las Islas de Hierro y, según afirma, cuenta con el poder para conquistar incluso los reinos de poniente.

Tras la sucesión de hechos terribles y el climax al que se llegó en el anterior libro, la política del Trono de Hierro parece haberse tranquilizado, salvo por el nuevo frente que se abre tras la reciente muerte de la Víbora de Dorne.

Cersei se ha hecho con el control total del Consejo privado del rey y, reinando como regente y sin una auténtica mano que le imponga su voluntad tras las desapariciones de su hermano Tyrion y su padre Tywin, la madre del rey hace y deshace a su antojo, nombrando a los miembros que le parecen mejores y rodeándose de aduladores, lo que la hace creer que hay conspiraciones por todas partes -especialmente de la prometida de su hijo y su casa, los Tyrell-. Sin embargo, ella se considera la única sucesora de su padre, la auténtica Lannister, tras abjurar de su hermano el Gnomo y afirmar no reconocer al Jaime Lannister que volvió de su cautiverio en Aguasdulces y en Harrenhal.
Sus decisiones, más llevadas por el orgullo o el miedo, le abren la puerta de la ciudad a nuevos colectivos creados durante las guerras, como los gorriones, o le procurarán la enemistad con sus súbditos y los deudores del reino. Y es que Cersei, en la supuesta calma que hay tras la finalización de la guerra, sentará las bases de nuevos conflictos que pueden llegar a estallarle en la cara.

Jaime, su mellizo, como Lord Comandante de la Guardia Real no puede evitar sentir que se ha distanciado de su hermana, a quien asegura no conocer ya, sin mencionar la culpabilidad que siente por la huida de su hermano Tyrion y lo sucedido con su padre. Deseoso de salir de Desembarco del Rey y hastiado de su hermana, acepta marchar hacia Harrenhal y Aguasdulces para poner fin -intentando cumplir su juramento a Catelyn Tully Stark-, al asedio que rodea la fortaleza y que dirige el Pez Negro. Acompañado de Ilyn Payne, intentará recuperar su valía al combate y se observa su cada vez más claro cambio de personalidad con respecto a su forma de ser anterior y los sentimientos hacia su hermana.

Uno de esos cambios lo ha vivido Brienne de Tarth. La guerrera parte con la espada Guardajuramentos, forjada con parte de los restos del mandoble de acero valyrio Nieve de Eddard Stark, y con un salvoconducto firmado por el propio rey, a la búsqueda de Sansa Stark, ya que a la pequeña Arya la han dado por muerta y Brienne desea cumplir el juramento que le hizo a Lady Catelyn encontrando a su hija. A su viaje se le unirá, sorprendentemente, el joven escudero de Tyrion, Podrick Payne, pero los rastros falsos y las pistas equivocadas harán perder más tiempo del necesario a la guerrera y meterla en problemas que no harán sino complicar su viaje.

En el Sur, de la mano de varios personajes como el Guardia Real Arys Oakheart; el guardia privado de Doran Martell, Areo Hotah; la hija de Doran, la princesa Arianne Martell, vamos contemplando el germen de la revolución, el de un odio oculto en los corazones que debido a nuevos acontecimientos, está despertando nuevamente en Dorne hacia el Trono de Hierro y la casa Lannister.
Mientras que en las Islas de Hierro, Aeron Pelomojado, Victarion Greyjoy y Asha Greyjoy, la hija del fallecido rey Balon, contemplan la celebración de una Asamblea para decidir quién se sentará en el trono de las Islas de Hierro, cada uno interesado en sus propios intereses, pero todos ellos deseosos de que Euron Ojo de Cuervo, hermano de Balon y desterrado años atrás, no sea el elegido.

Desde el muro, un asustado Samwell Tarly parte junto con Elí y el maestre Aemon hacia Antigua, para forjar su propia cadena de maestre y convertirse en alguien sabio capaz de servir mejor a la Guardia de la Noche. Un viaje en barco que resultará agotador para él y, sobretodo, para el anciano Aemon. Pasarán por las tierras de Braavos en su viaje hacia antigua y Samwell conocerá más de lo que nunca hubiera imaginado cuando su padre le desterró a la Guardia de la Noche.

Mientras tanto, presenciamos el inicio de entrenamiento de Arya Stark en la Casa del Blanco y Negro en Braavos, para convertirse en un Hombre Sin Rostro, un asesino entrenado y sin ninguna identidad. El pensamiento de la hija menor del fallecido Ned Stark de que está completamente sola en el mundo la hace desear, como ya viniera haciendo, convertirse en un instrumento para traer la muerte a aquellos que destruyeron su vida.

Su hermana Sansa, ajena a todo lo demás, se refugia en el Nido de Águilas, oculta bajo la falsa identidad de Alayne Piedra, la hija bastarda de Lord Petyr Baelish, quien ha logrado ascender rápidamente en los últimos tiempos hacia posiciones de poder cada vez mayores y quien se reconoce como el amo del resto de marionetas en el juego de tronos, que bailan y se matan a su antojo. La aparente seguridad de Sansa depende de cuanto quiera hacer de verdadero padre Meñique, pese a los planes que afirme tener para la que considera única heredera de los Stark.

En este libro, llamado por todos de transición y así considerado después de los acontecimientos acaecidos en "Tormenta de Espadas", Martin prescinde de la mayoría de sus personajes principales. No hay capítulos de Tyrion, ni de Jon Nieve, ni de Daenerys, ni de Bran, por citar a aquellos que nos acompañan desde el principio, y a otros que llevan algo menos de tiempo, como Davos.
Pese a ello, ni es un libro aburrido, ni se ha descuidado porque esté a la espera de grandes acontecimientos pues aquí comienzan a fraguarse y se dan auténticos pequeños desastres que siguen condicionando el destino de Poniente y de sus habitantes.
Sobre los personajes "olvidados"... el Gnomo estará presente en la mente de sus hermanos, atemorizada Cersei por los recuerdos de una vieja maegi que en su niñez le adivinó el futuro y le dijo que una reina más joven llegaría y se lo arrebataría todo, lo que explica su odio hacia Margaery Tyrell, y que moriría a manos de su hermano menor, revelándonos el porqué de su animadversión hacia Tyrion; y odiándose Jaime, puesto que le echa de menos pero se sabe responsable de sus últimos actos al ayudarle a escapar y, lo peor, sus últimas palabras antes de marcharse sobre los encuentros sexuales de Cersei con varios miembros de la corte.

Y Daenerys, sobre quien ya van llegando más rumores, ya se escucha que los dragones han vuelto y, por si fuera poco, parece que todos los aspirantes al trono la quieren de esposa y la van a conseguir "porque ellos lo valen".

El libro ha estado muy bien, vuelve a terminar con varios capítulos dejando en la intriga más absoluta el destino de los personajes y, desde luego, el panorama desolador que se ve por delante no tiene aspecto de mejorar en un futuro cercano. A la espera de la quinta entrega, pese a que ya está publicada en inglés y traducida por aficionados, creo que soportaré la espera con otros títulos olvidados y relecturas varias.

Le doy un 8'3/10.

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