Tal y como terminó la temporada anterior, el hecho que sacudió el residencial barrio de Wysteria Lane en este inicio fue la llegada de Paul Young, el que fuera marido de la suicida Mary Alice, hecho inicial y conductor de la serie hasta nuestros días, volvía al barrio del que fue expulsado libre de toda sospecha y con una generosa indenmización por haber pasado varios años en la cárcel por el asesinato de la hermana de Martha Huber, Felicia Tilman, quien se automutiló dos dedos para poder imputarle de dicho falso crimen, convecida de que era el causante de la muerte de su hermana.
Mientras que Paul llegaba de nuevo al vecindario, alquilando la casa de Susan (Teri Hatcher) y Mike Delfino, quienes atraviesan problemas económicos y se han mudado a un apartamento, dispuesto a ejecutar un plan que llevaría al caos al "tranquilo" barrio y estando casado con Beth, una mujer a la que conoció por correspondencia y con la que se casó en la cárcel y que es, sin que él lo sepa, la hija de Ida Greenberg.
A su vez, los Solis -Gabrielle (Eva Longoria) y Carlos- descubrirán que Juanita no es su hija biológica y que alguien intercambió a las niñas al nacer. Bree (Marcia Cross), tras haber perdido su empresa de catering y Orson alejarse definitivamente de ella, vuelve a sentirse sola hasta que conoce a un joven Keith (Brian Austin Green), un joven veinte años menor que ella; y Lynette seguirá digiriendo los problemas que una casa con cinco hijos, una madre con nuevo novio o una antigua amiga de facultad, la frívola René Perry (Vanessa Williams), que se trasladará al vecindario.
Conforme todos los personajes principales, junto con sus parejas, van superando los diferentes hechos que ocurren a o largo de la temporada, vuelven a aparecer caras conocidas, como Zack, el hijo de Paul y biológico de Mike Delfino, o se deja marchar el amor por motivos mayores, se superan traumas de la infancia motivados por el descubrimiento de hijos desconocidos, o se necesita un órgano que se recibe del más inesperado de los donantes, hay varios hechos que decantan el final de la temporada a los hechos que terminarán uniendo al grupo de amigas, más aún.
Carlos, finalmente, descubre de boca de Bree y de su hijo, Andrew -que tiene graves problemas con el alcohol-, que fue él quien atropelló a su madre tantos años atrás y que la pelirroja amiga de su mujer le encubrió, lo que provoca que, pese a que Carlos perdone al joven por su error, prohiba a Gabrielle volver a ver a Bree.
Lynette empuja a Tom a convertirse en un tiburón financiero, sin poder dejar de ser la que ha llevado a cuestas la vida de ambos durante tanto tiempo, lo que provoca una crisis de magnitudes enormes en la familia Scavo, que jamás había visto llegar las discusiones tan lejos, puesto que Tom, que ahora se ha crecido, ni da su brazo a torcer, ni se serena cuando parece que lo hace Lynette, por lo que la sombra del divorcio planea más seria que nunca.
Y Susan, tras salir del hospital, decide darle, a pesar de todo lo pasado, una oportunidad a Paul Young, quien se sentirá arropado por una vecina como en los tiempos en los que Mary Alice vivía. Esto le llevará a querer expiar su culpa y a pagar por sus crímenes, a llamar a la policía y entregarse, confesando, por fin, el asesinato de Martha Huber, reconociendo que era lo único que podía hacer para estar en paz.
Y, a la vez y contradiciendo el espíritu del final de ese episodio, nos encontramos con el final de temporada. Las amigas van a casa de Gaby solo para descubrir que Carlos ha matado de un golpe en la cabeza al padrastro de su mujer, el que abusaba de ella cuando era pequeña. Resignado a volver a la cárcel, Bree toma las riendas y con Susan, Lynette y Gaby, se encargarán de ocultar lo sucedido, porque ¿qué si no hacen las buenas amigas?
Como dije antes, ha sido una temporada llena de viejas heridas y fantasmas del pasado, que han centrado la trama principalmente y eclipsando a nuevos sucesos -pese a que muchos de estos nuevos también venían del pasado de los protagonistas-. La llegada de René ha sido, por primera vez, la de una vecina que se integra en el grupo y que no esconde ningún gran secreto vital y sobre el que gira la temporada, pese a que podría entender que ese rol lo cumple Paul ya. En resumen, podría decir que ha mantenido su línea, entretenida la mayor de las veces y donde se puede aprender mucho sobre las formas que tienen las mujeres de manipularnos, pero me da la sensación de que se ha saltado mucho en esta temporada del humor que caracterizaba a la serie en las anteriores y eso ha provocado, tal vez, algún altibajo por el abuso del drama en la mayoría de tramas que se han desarrollado.
Le doy un 6'7/10.
lunes, 22 de agosto de 2011
7ª 'Mujeres Desesperadas': La sangre une.
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