lunes, 25 de julio de 2011

'Jóvenes Ocultos'

'The Lost Boys', de Joel Schumacher. E.E.U.U. (1987).

Michael (Jason Patric) y Sam (Corey Haim, fallecido el pasado año), acaban de mudarse junto con su madre Lucy (Dianne Weist), a una pequeña ciudad del sur de California, a vivir en casa de su excéntrico abuelo (Barnard Hughes).
Nada en su nuevo hogar parece acogedor y la ciudad es el pueblo con mayor índice de criminalidad de la zona, puede que incluso de todo Estados Unidos.

Mientras los dos hermanos pasean por la ciudad, Michael se fija en una chica a la que sigue, pero que parece ser la novia de David (Kiefer Sutherland), el líder de una banda de moteros alborotadores. Aún así, Michael no se deja amedrentar y en posteriores noches sigue al grupo con la esperanza de ver a Star (Jami Gertz), a pesar de lo peligrosos que parecen. Por otro lado, Sam conocerá en la tienda de cómics a los hermanos Frog, Edgard (Corey Feldman) y Alan, que viven obsesionados con la idea de que los vampiros están en el pueblo y deben estar preparados para combatirlos, y la madre de Sam y Michael intentará rehacer su vida con Max, el dueño de la tienda donde acaba de empezar a trabajar.

La aparente tranquilidad que vive la familia se verá afectada en el momento en el que Michael acepte unirse al grupo de David y sus amigos, moteros temerarios y agresivos que pactan su ingreso con un buen trago de vino. Este sencillo gesto, cambiará la vida de Michael, que de repente comenzará a sentirse bastante extraño, molestándole la luz del sol, levantándose cada vez más tarde y provocando reacciones agresivas en los animales. Sam, convencido de que su hermano se está convirtiendo en un vampiro, intentará que los hermanos Frog le ayuden a salvarle matando al vampiro jefe, preparando un ataque contra la banda de David, principales sospechosos de ser las criaturas de la noche.
'Jóvenes Ocultos' es una película de vampiros atípica, curiosa y con más toques de humor que de terror. Con una estética de finales de los ochenta muy marcada, no solo por los vestuarios de los actores, sino por la forma de encajar la música y las diferentes escenas en el film, nos encontramos con una pequeña joya del cine, convertida en obra de culto con el paso de los años, del director Joel Schumacher.
A pesar de que la historia se centra en Michael y Sam y en como el menor de los hermanos intenta ayudar al mayor para que no se convierta en vampiro, luchando contra los vampiros que han estado asolando de crímenes la pequeña ciudad californiana.
A pesar de la multitud de veces que han debido de poner esta película en la tele, me decidí a verla de una vez por todas por curiosidad.
El resultado fue agradable, pese a no encontrarnos ante una obra maestra, sí que desprende ese nostálgico recuerdo y ese aspecto de cinta de serie B bien lograda, que se deja ver con gusto. Atención especial se merece el abuelo, el pobre loco que va a su bola durante toda la cinta y siempre da la sorpresa.

Le doy un 6'8/10.

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