Han tenido que pasar siete temporadas para que el Doctor House (Hugh Laurie), explotase por una cuestión sentimental y desapareciera de la vista de todos, rompiendo con lo que se espera de su comportamiento. Un final de temporada cafre y destructor, que se veía venir, vista la espiral de autodestrucción que había tomado la vida de House desde que Cuddy cortase con él. Y es que desde la temporada 6, habíamos visto un doctor que seguía en su línea de cabroncete, pero que se preocupaba más tanto por los pacientes, como por la gente de su alrededor. No obstante, intentó arreglar el matrimonio de Taub y echarle un cable a su equipo de médicos en algún que otro momento, como tras la separación de Cameron y Chase, o con el hermano de Foreman.
Fue la temporada anterior la que terminó con lo que deseaba House, acostándose con Cuddy e iniciando una relación en la que la directora del hospital dejaba a su anterior pareja, Lucas, para estar con el redimido y desintoxicado doctor House. Y así fue como empezamos.
A lo largo de casi la primera mitad de la temporada, House hacía esfuerzos por contentar a Cuddy y mantener su relación, pese a algunas cagadas muy propias de él, como no asistir a alguna gala con ella, o drogar a su madre. Todo parecía ir viento en popa, quitando la sustitución de 13 (Olivia Wilde estaba rodando películas y en la serie la apartaron diciendo que estaba en prisión), por la inteligentísima, cargante y moralista estudiante Martha Masters (Amber Tamblyn), hasta que en un extrañísimo capítulo de surrealistas musicales, a Cuddy le descubrían un tumor y House se asustaba tanto que volvía a la vicodina para poder hacerle frente a la situación y estar junto a ella.
Esto provocó la ruptura de la pareja y la espiral destructiva más grande que el médico haya conocido durante toda la serie. Pasó de fiestas alocadas y prostitutas en un hotel de lujo, a casarse con una inmigrante ilegal o ir a un concurso de disparo de patatas. Todo ello no fue nada hasta que comenzó a robar un medicamento experimental de ratones para intentar recuperar la musculatura de su pierna dañada, dando como resultado unos tumores que comenzó a operarse él mismo en su bañera, totalmente desquiciado del mundo y las personas que le rodean.
Y entonces, cuando al fin parecía que iba a hacer las paces con Cuddy. Que se volvería a acercar a ella, para intentar retomar la relación, pasó lo de siempre: ya era tarde. Con el cepillo en la mano, acercándose a la puerta y viendo al acompañante de Cuddy... House hizo algo, por fin, para exteriorizar sus verdaderos sentimientos: empotró su coche en el salón de Cuddy y, tras devolverle el cepillo, se marchó de allí, dejando a un sorprendido Wilson en la escena y largándose a algún paraíso tropical.
Tras este final de temporada, no es de extrañar que en la 8ª Temporada pueda empezar sin ningún problema en el guión con la marcha de Lisa Cuddy -ya que la actriz, Lisa Eddelstein, no renovó el contrato por diferencias económicas-, en la que, dados los resultados de audiencias en Estados Unidos (y el interés de Hugh Laurie en dejar de interpretar al doctor con más mala leche de la tele, para promocionar sus discos de música), podria ser la última temporada de la serie.
En general, le doy a esta temporada el mismo valor que lleva la serie, a excepción quizás de la 3ª, que me aburrió sobremanera la trama de Tritter, un 8/10.
jueves, 21 de julio de 2011
Y en la 7ª, 'House' explotó
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