'The Dark Knight Rises', de Christopher Nolan. E.E.U.U. (2012)
Y al fin llegamos a la esperada conclusión de la trilogía sobre Batman de Christopher Nolan. Han pasado ocho años desde los acontecimientos que derivaron en la muerte de Harvey Dent a menos del justiciero enmascarado Batman, convirtiéndose éste en un fugitivo de la ley. La paz ha llegado por fin a Gotham, la ley Dent, creada en base al fallecido fiscal que murió como un héroe, ejerce un férreo control sobre los delincuentes que se ven encarcelados en cuanto son sospechosos. La calma reina en la ciudad y Batman no solo no es necesario, sino que es considerado un asesino.
Mientras tanto, Bruce Wayne (repitiendo Christian Bale), vive encerrado en su mansión, retirado del mundo y sumido en su dolor tras la muerte de Rachel y la persecución sufrida por Batman. Alfred (Michael Caine) se encarga de cuidarle, pero el extremo desgaste físico, las malas decisiones empresariales que le han hecho perder parte de su fortuna y su estado de ánimo, han hecho de Wayne una leyenda a los ojos de la opinión pública e incluso de alguno de sus conocidos.
Pero como ocurre con toda calma, la tempestad que se avecina esta vez será temible. Bane (Tom Hardy), un terrorista adiestrado por la Liga de las Sombras y sin pasado, planea destruir de una vez por todas a la ciudad de Gotham, sumiéndola en el caos más absoluto, lo que obligará a un retirado Batman a volver a enfundarse el traje.
Por suerte para él, encontrará apoyo en el Comisario Gordon (Gary Oldman), un joven agente que confía en el regreso del caballero oscuro, John Blake (Joseph Gordon-Levitt) y una ladrona de guante blanco conocida como la Gata (Anne Hathaway), ambigua y peligrosa, en la que no le quedará más remedio que confiar si quiere sobrevivir.
La paz y el dolor han hecho de Batman un símbolo, una leyenda desaparecida en unos tiempos que ya no le necesitan. Aislado en su mansión, Bruce Wayne se regodea en su dolor y saborea la amarga victoria conseguida tras la muerte de Dent. La entrada en escena de Bane reavivará la esencia del justiciero en Wayne, quien, a pesar de la negativa de Alfred y su reticencia inicial, no puede evitar ir implicándose poco a poco en el conflicto hasta que, de nuevo, vuelva a salir a la luz pública tanto él, como Batman.
Pero, ¿qué hacer contra un enemigo que te conoce y te supera? Ni el apoyo de los suyos, ni de su nueva socia Miranda (Marion Cotillard), ni de Lucius Fox (Morgan Freeman) y sus inventos, ni el de la policia de Gotham, que también le persigue, impedirá que tanto la ciudad como el justiciero enmascarado caigan en desgracia.

Destrozado, arrebatado de todo, ante una ciudad que tiene las horas contadas y abandonado por todo el mundo, Wayne deberá volver a sus orígenes y volver a encontrarse a sí mismo si quiere salvar aquello que ama. Por suerte para él, no estará solo y la ladrona Selina Kyle así como la policia de la ciudad, liderada por el comisario Gordon, intentarán que Bane no se salga con la suya.

A pesar de los cambios que los propios hermanos Nolan han reconocido en el guión, debido sobretodo a que tenían el primero concebido para el retorno del Joker, antes del fallecimiento de Ledger, la película es una gozada visual y un entretenimiento que no hace largas las casi dos horas y media que dura.

Se abandona, en parte, el trasfondo de cine negro que tenía la anterior película y se opta por un argumento grandilocuente, con muchísima más complejidad y más cercano al mundo del cómic, pero sin abandonar la oscuridad y el realismo que caracterizan a esta trilogía desde su inicio en 2005 con 'Batman Begins', centrándonos más en la figura de Batman/Bruce Wayne que en las anteriores, sin desmerecer a todos los demás secundarios, su vida y el papel que tiene que desempeñar, sobretodo Blake y Bane, cuya historia a través de flashbacks vuelve a ser un recurso de los utilizados por Nolan frecuentemente en sus películas.

Le doy un 9'2/10 a esta espectacular conclusión de una de las mejores sagas del cine moderno.
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