Volumen 1 de la Trilogía de las Moonshaes: "Darkwalker on Moonshae". U.S.A. (1989), 437 pág.
En las islas de los folk, la paz de los últimos tiempos se va a ver interrumpida por la corrupción y la guerra. Uno de los pozos de la luna, estanques cristalinos que salpican los bosques sagrados de las islas y que son reflejo del poder de la diosa tierra, ha sido mancillado. De su corrupción, despierta la Bestia maléfica, Kazgoroth, cuyo mayor deseo es ver aniquilada a toda la población de la isla y eliminada la influencia de la diosa sobre una tierra que reclama como suya.
Tristán Kendrick, el despreocupado príncipe de los folk, junto con la pupila de su padre, Robyn, serán los principales bastiones de defensa contra la perversidad que amenaza con cubrir su amada tierra. Pero no estarán solos, Pawldo el halfling, Keren el bardo y Daryth el ladrón calishita, les acompañarán, junto a otros amigos, a lo largo de toda esta aventura, para salvar Caer Cornwell y derrotar al mal que amenaza la isla.
Tristán, el único hijo del rey de Caer Cornwell, es un buen muchacho, pero según refieren, demasiado alejado de las obligaciones reales y centrado tan solo en el alcohol, las mujeres y criar a sus perros de caza. Aunque él todavía no lo sabe -el lector sí, por supuesto-, está enamorado de Robyn, pero como la joven no ve que sea maduro, no le hace caso.
Tristán se hace amigo enseguida de Daryth, puesto que la sinceridad del ladrón que le roba la bolsa e intenta matarle le parece encomiable, igual que Pawldo, un comerciante halfling que solo lo es al principio y que, como estafa al príncipe, también es su buen amigo.
Tras una pequeña expedición donde descubren que los firlbog (una especie de gigantes con la nariz hinchada y el seso escaso), están reagrupándose en el bosque de Myrloch, el grupo de héroes vuelve al castillo.
Hay noticias de guerra, puesto que Kazgoroth ha corrompido el corazón de varios inocentes para convertirlos en sus instrumentos contra la diosa y para vencer en su lucha, ha tomado posesión del cuerpo de un poderoso gobernante del norte, Thelgar Mano de Hierro, que conduce a los ejércitos bárbaros hacia las islas de los folk.
El que se supone el primer libro ambientado en los "Reinos Olvidados" es una novela primeriza, olvidable y claramente mejorable. El afán de que sucedan miles de cosas en sus cuatrocientas páginas hacen que pasen fugazmente y de manera rápida. Las persecuciones porque alguien huye se convierten en días de marcha como si nada y ninguno de los protagonistas ha necesitado llevar encima alimentos, ni apenas acampar, amén que la dichosa isla parece un continente muchas veces, por los días y días que pasan de camino.
Además de los hechos, los personajes son tan arquetípicos y están tan desdibujados que es imposible que se ganen la simpatía del lector. Tristán es héroe, porque tiene que serlo y porque le toca la lotería en forma de una espada legendaría; Robyn es druida porque le va en los genes y le dan un palo de energía que se recarga con la luna, y qué decir del resto, el típico ladrón sigiloso, el halfling arquero y gruñón. Se salvan Finellen, la enana barbuda (nunca había conocido a un personaje enano femenino y aunque la barba es "verídica" con las anotaciones sobre estos seres, no dejó de sorprenderme), y Brigit, la elfa capitana de las amazonas. Gavin, el enorme herrero, también está encajado en un arquetípico rol que se puede encontrar en cualquier material ambientado en un mundo épico fantástico, convencido por un irrisorio y escaso discurso del príncipe, para unirse a su lucha.
De los malos... pues ni Erian, ni el corrompido Laric, ni el propio Kazgoroth son malos más allá de su dibujo de "final boss" de videojuego.
Desde luego, el libro, que creo que supuso el debut de Niles, es una aventura rápida, con muchos enfrentamientos, que puede gustar a los lectores de novela ligera, pero que ni engancha, ni tiene personajes memorables que uno pueda recordar, ni escenas dignas de mención. Me costó horrores terminarlo, puesto que igual que hay libros que te instan a continuar, con éste tenía que obligarme.
Es por ello que le doy un 4'5/10.
martes, 12 de abril de 2011
"El Pozo de las Tinieblas", de Douglas Niles
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