jueves, 23 de agosto de 2018

"La Maldición del Dragón", de Dennis L. McKiernan

"Dragondoom", E.E.U.U. (1990), España (1992). 568 pág.

Los enanos de Piedra Negra disfrutaban de la vida en una de las fortalezas enanas excavadas en montaña más ricas y prósperas de todo Mithgar. O al menos así era hasta que, hace ya más de un milenio, Sleeth el Orm, un dragón de frío, atacó la misma y mató a sus habitantes por el ansia por los tesoros que consume a estas criaturas. Muchos siglos han pasado ya y nadie ha sido capaz de dar muerte al dragón escupe ácido, y no pocos lo han intentado en el transcurso de los tiempos.

No es hasta que el joven príncipe Elgo, del pueblo de Jord y jinete de las llanuras, decide formar un grupo de valientes y marchar hacia Piedra Negra para derrotar al dragón y recuperar el tesoro, para hacerse así con un nombre en la posteridad. No llegará a imaginar que dicha misión podría tener funestas consecuencias para sí mismo y su reino y que sus actos desembocarían en muerte, guerra y el despertar del más temible de los dragones de fuego conocidos, Kalgalath el Negro.

Así, nos uniremos igualmente a Elyn, hermana gemela de Elgo, y al príncipe enano Thork, hijo del DelfSeñor de Kachar, fortaleza vecina de los jinetes de la llanura, en la búsqueda de un poderoso talismán, el Kammerling, el Martillo de la Rabia, única arma capaz de destruir la vida del Terror Negro y salvar a sus respectivos pueblos de la amenaza de dicho dragón.


Así pues y de forma desordenada y con saltos en el tiempo entre capítulo y capítulo, donde avanzamos al presente, vamos diez años atrás, o tan solo unos meses, presenciamos la caída de Piedra Negra, la infancia y adolescencia de Elgo y Elyn, los gemelos hijos del rey Aranor de las llanuras de Jord y el viaje de Elgo para matar a Sleeth.

Dicho viaje provocará un conflicto con los enanos de Kachar, descendientes de los supervivientes de la masacre que llevó a cabo Sleeth en Piedra Negra, y que reclamarán para sí mismos los logros obtenidos por Elgo en base a su histórico derecho. Avaricia, egocentrismo, orgullo y rabia conducirán a la guerra entre ambos pueblos.

Pero la muerte de Sleeth no pasará desapercibida para Kalgalath el Negro, el dragón más temible de Mithgar, y ansiando su tesoro, atacará a ambos pueblos llevando el caos y la destrucción. Para acabar con dicho dragón, la princesa guerrera Elyn de Jord y el hijo del Delfseñor de Kachar, Thork, iniciarán un viaje por su propia cuenta hacia el este, donde las leyendas dicen que se encuentra el Kammerling, un martillo mágico, única arma capaz de eliminar a la bestia alada que se encuentra custodiada por el mago oscuro Andrak. Se encontrarán en el trayecto y a pesar de su odio, tendrán que cooperar durante las largas jornadas para conseguir sobrevivir y llevar a cabo la misión que salve a ambos pueblos. Juntos, en dicha misión, llegarán a conocerse de forma que ninguno de los dos imaginaba y a aprender que las diferencias entre uno y otro no son tan insalvables.

¡¡Al fin!! Me ha costado una eternidad terminar este dichoso libro que comencé a leer por primera vez al menos hace cinco años y que siempre iba postergando y retomando, dado lo poco interesante que me parecía -y ha parecido al final-, pero al final he podido acabarlo.
Es uno de esos libros que tienes en casa desde hace años, por una colección y que dado lo horrible de su portada, nunca te habías puesto a leerlo, hasta que un día decidí hacerlo. Amén de la letra pequeña y la estructura caótica, McKiernan aburre al abusar de las descripciones y los epítetos, malgastando párrafos enteros en describir de cuatro formas diferentes un rayo en la tormenta, el crujir de un barco o lo oscura que es la negrura. Esto lastra la narración que, por si fuera poco, está desperdigada en capítulos que pasan de narrar el inicio del entrenamiento de Elyn y Elgo con 11 años, a encontrarse en el siguiente con Thork y Elyn en un bosque luchando contra criaturas del mal, casi diez años después; o el consejo de los enanos decidiendo que van a ir a la guerra casi dos años antes del presente, por poner un ejemplo.

Los eventos pasan porque todos son demasiado orgullosos para hablar sin insultarse, un leve malentendido que lleva a dos naciones a la guerra y a un poderoso dragón a querer recoger las riquezas obtenidas por ellos.
Hasta que no estalla en sí la guerra, los capítulos son largos y tediosos, no por su extensión, sino porque para avanzar se necesitan muchísimas páginas y eventos intrascendentes... que se reducen de forma casi insultante cuando se alcanzan las últimas 80 páginas del libro, donde ya todos los avances son rápidos y los encuentros con temibles enemigos se resuelven en apenas tres o cuatro páginas, llegando al final de la historia de forma apresurada tras una eterna letanía que nos ha llevado hasta ahí.

"La Maldición del Dragón" es una más de la docena de novelas ambientadas en Mithgar que su autor tiene, todas ellas suceden en el mismo mundo, pero no tienen conexión directa alguna, puesto que ocurren en diferentes eras o lugares y muchas sirven para desarrollar los eventos que en otras se citan como leyendas o historias clave. No puedo decir que el libro me haya gustado, sobretodo por lo tedioso que se me ha hecho durante estos años y lo pesado que es en muchos tramos, aunque le reconozco ciertos momentos realistas o la conversión de las leyendas nórdicas a su mundo con cierto cariño. Sin embargo, diría que los personajes son lo más arquetípicos que puedes encontrar y que tanto hombres como enanos, pensaban y actuaban de la misma forma, ya fuese un señor, que un soldado; salvo el rey Aranor que hacía de padre preocupado, o Elyn, quien rompe los estándares de mujer de su reino al querer ser guerrera. Pero en general, no se libra de ello ni siquiera Thork, el protagonista masculino, cuya personalidad cambia solamente porque debe acoplarse a los acontecimientos previstos por el autor.

Terminar este libro ha sido algo duro, pero necesario. Una astilla en el dedo que no terminas de sacar porque no te decides a hacerlo, pero que te molesta a diario y aun siendo consciente, no la terminas de extirpar. Ya que empecé a cerrar cosas y sacar astillas, este libro no podía ser menos. Ahora, a nuevos menesteres y, aunque no recupere este blog, al menos quería darme el gusto de plasmar de nuevo una entrada para aquellos que son atraídos por las búsquedas de Google. ¡Saludos a todos!

Le doy un 6/10.

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