La segunda entrega del ciclo 'El Legado' comienza inmediatamente después del primer libro, 'Eragon', todavía en el reino enano, Eragon se recupera de las heridas sufridas en la batalla contra Durza mientras Ajihad y Murtagh eliminan los restos de úrgalos que quedan bajo los túneles de Farthen Dhur. Pero ambos mueren en una emboscada, al parecer traicionados por algún miembro de los várdenos que les acompañaban y la resistencia queda descabezada. Aquí se erigirá Nasuada, la hija de Ajihad, como sucesora de la resistencia y líder.
Mientras la resistencia prepara sus fuerzas, Eragon, aconsejado por Arya, parte hacia Ellesmera, la ciudad élfica escondida en lo profundo de su mágico bosque, donde alguien le enseñará a utilizar sus nuevas habilidades.
- A partir de aquí, hay muchos spoilers, así que si no quieren saber qué pasa en el libro, no lo lean -
Una vez allí, su infantil relación de amor por Arya se intensifica, pese a tener reticencias porque ella es mayor que él (vamos, que si te enamoras, te piensas si tiene 200 o 1000 años una elfa...), seguida del descubrimiento de la existencia allí oculto del último Jinete y su dragón libres del influjo de Galbatorix (aquí es cuando aparece Yoda para enseñar a Luke), pero ambos están tullidos y no pueden hacer más que enseñarles a Saphira y a Eragon todos los conocimientos y poderes que pueden desarrollar como Jinetes.
Tras un entrenamiento largo y concentrado, Eragon sufre un cambio que lo acerca más a los elfos en físico y habilidades y, cuando los várdenos están a punto de ser atacados en los Llanos Ardientes por Galbatorix, decide volver a ayudar a sus aliados en la batalla final.
Mientras tanto, los Raz'ac han vuelto a su pueblo, a Carvahall, y allí se dedican a atacar a los campesinos y a mermarles para hacer daño indirectamente a Eragon. Roran, su primo, se erigirá como líder y salvador de su gente, animándoles a abandonar la aldea y seguir hacia el sur, para aliarse con los rebeldes. La muerte de varios de los habitantes pone a gente en su contra y Sloan, el carnicero maniático, les traiciona, por lo que los Raz'ac secuestran a su hija, Katrina, que es la prometida de Roran, para encabronar más aún a estos dos primos. Así, mientras se compagina el aburrido entrenamiento de Eragon, Roran guía por tierra y mar a su pueblo hasta los várdenos, con la ayuda de Jeod en DrasLeona, realizando casi el mismo viaje que su primo en el libro anterior, pero con más gente.
Es en la batalla final, mientras los ejércitos de Galbatorix luchan contra surdanos, vardenos y úrgalos (que han decidido unirse a los "buenos") cuando, frente a Eragon, aparece otro Jinete sobre un dragón rojo. Murtagh, al que creían muerto, sirve ahora por obligación a Galbatorix y ha despertado a un nuevo dragón, Espina, que en menos tiempo es casi igual de grande que Saphira. Murtagh derrota a Eragon sin muchas dificultades, pero lo deja libre por una antigua lealtad. Eso sí, antes de marcharse le arrebata la espada Zar'roc y le dice que le pertenece, puesto que es de su padre Morzan y le rebela a Eragon que son hermanos (Darth Vader no le dice a Luke que es su padre en esta versión, se lo dice una Leia "mala"), por lo que Eragon se queda destrozado y sintiéndose un inútil que debe entrenar más.
Termina el libro con la promesa a su reencontrado primo de que marcharán a la fortaleza de los Raz'ac a rescatar a Katrina.
- Fin del resumen, para quien se lo quiera saltar -
Hasta aquí llega lo que es el resumen. He de decir que el libro es desesperádamente largo y aburrido. La introducción de Roran realizando el mismo viaje que Eragon en el libro anterior no es otra cosa que aligerar el largo y aburrido aprendizaje de Eragon, así como las chorradas de su amor no correspondido con Arya, que peca de pueril, vacío e irrisorio. ¿Se convence de desenamorarse porque ella es elfa y se vuelve a convencer de enamorarse cuando sufre él la transformación? ¿Quién se traga eso?
Por si fuera poco, es donde más se intensifican los parecidos con la saga original de 'Star Wars' y se llevó muchísimas críticas por este hecho (tantas que ha hecho una chapuza en el tercer libro para solucionarlo).
La historia sigue siendo lo mismo, previsible y algo más pesada que en el anterior libro, con un ritmo más lento y un entrenamiento que, si bien puede resultar necesario para el protagonista, se narra de una forma pesada, sin gracia y mostrando el carácter pueril e infantil no ya de Eragon, sino tal vez del propio autor. Tal vez al libro no le sobren páginas para contar lo que debe contar Paolini, pero la forma de hacerlo no es ni la mejor, ni la que más engancha. He leído historías más previsibles que ésta pero que se hacían divertidas, amenas y faltaba libro cuando terminabas. Aquí, sobraba y uno quería que se terminase todo cuanto antes.
Una continuación bastante floja, que con el tan usado giro "yo soy tu padre" al final (en este caso, indirectamente), pretende dejar un mejor sabor de boca del que realmente tiene todo el libro.
Le doy un 4'7/10.
martes, 27 de enero de 2009
"Eldest", de Christopher Paolini
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