'Clash of the Titans', de Louis Leterrier. U.S.A. (2010)
Furia sin titanes
En la Grecia mitológica, Perseo (Sam Worthington), el hijo ilegítimo del rey Asclepio, abandonado a su suerte nada más nacer, es recogido por una familia de pescadores que lo crían como propio. Conforme pasan los años, los hombres se sienten más abandonados por los dioses del Olimpo y algunas polis, como Argos, se erigen desafiantes, cansados de las penurias que les obligan a pasar los dioses, por lo que comienzan a destruir templos y estatuas de los olímpicos.
Todo esto no afectaría a Perseo, que es un pescador, si no se diera la casualidad de que presencian uno de estos sacrilegios que Hades (Ralph Fiennes interpretando a un casposo y jorobado dios de la muerte) castiga, viéndose injustamente atacado por la ira del dios y viendo como su familia muere sin que él pueda salvarla.
Rescatado por soldados de Argos de vagar a la deriva, será testigo de la amenaza de Hades, que ha logrado convencer a Zeus (Liam Neeson bastante correctito) de que le permita castigar a los humanos para que les teman y vuelvan a implorar su misericordia, todo ello utilizando al Kraken, un monstruo titánico que creó el propio Hades. Además, ante las ofensas de Casiopea, reina de Argos, se les exige que entreguen a su hija, la bella Andrómeda (Alexa Dávalos), en sacrificio al Kraken o la ciudad será destruida.
Como después de tanta revelación faltaba algo, por fin se dice que Perseo es hijo de Zeus, por lo tanto, un semidios. Así que, para buscar una forma de acabar con el Kraken sin tener que sacrificar a la princesa, un grupo de soldados, junto con Perseo, dos mercenarios y la inmortal Io (una bella Gemma Arterton), que será quien haga de su guía en la aventura -en contraposición con el viejo actor de la película original de 1981- marcharán en busca de las ancianas estigias para que les muestren la forma de acabar con la temible criatura.
De esta forma, Perseo se enfrentará a escorpiones gigantes, a las Parcas, a Acrisio (deformado y maldito por Zeus), a Medusa y, finalmente al Kraken, para poder salvar a los hombres de la injustificada cólera de los dioses y, en particular, de los conspiratorios planes de Hades.
Aunque la película sigue la misma historia que la cinta que reversiona, sustituyendo tan solo un par de acciones, como poner a Hades de malo definitivo en vez de que los hechos sean por la cólera de Tethis, o cambiar a Calibos -el deforme demonio rojo hijo de la diosa de los mares- por Acrisio (con la misma forma casi), como pensé tras verla, a la cinta le falta alma (qué profundo suena xD).
Y le falta alma porque sí. Perseo es un hombre enfadado con el mundo, que no ha empuñado un arma en su vida, pero que le encanta perseguir a cualquier bicho que se le ponga por delante solo para satisfacer su ansia de matar como excusa de venganza. No hay amor, ni honor en lo que hace; solo venganza. Pero es una venganza tan tristemente llevada que lo único que podemos pensar del personaje interpretado por Worthington es que una vida de pescador le ha frustrado tanto que debería darle las gracias a Hades por matar a su familia, ya que así descubre que lo que le gusta es "dar palos" y necesitaba una excusa para empezar a hacerlo. Perseo se lanza como loco a por monstruos, escorpiones y cualquier cosa que pueda darle algo de guerra, sin importarle las muertes que pueda causar en el grupo y erigiéndose como líder al que seguir solo por tener sangre divina.
Con estos atropellados vaivenes, de combate en combate y con la cansina fórmula "no quiero nada de los dioses, haré esto como un hombre", transcurre la película, sin pena ni gloria.
Eso sí, me gustaría destacar un par de cosas que me decepcionaron especialmente:
- La idea de que Pegaso sea negro y haya una manada de caballos alados, aunque es pasable;
- el ridículo diseño de Caronte en su barca (que tienen que cortar la escena para que aparezcan arriba, porque no tienen por donde subir xD) y su escasa movilidad (el esqueleto de la película original quedaba mucho mejor), te hace querer volver a ver los efectos de Harryhausen;
- la escena del combate contra la Medusa carece de tensión. Vemos a la culebreante gorgona, que canta mucho su digitalización, corriendo en pantalla persiguiendo a todos los compañeros de Perseo y convirtiéndolos en piedra, uno a uno. Sin palabras cuando el "protoss" (y quien me diga que no es un protoss de la antigua Grecia, es que no tiene NPI de 'Starcraft') se sacrifica y lo más ridículo, lo pulido que estaba el escudo de caparazón de escorpión por dentro y lo cogido con pinzas que queda en el argumento la aparición de un escudo que ayude al héroe a acabar con Medusa.
- el Kraken. El dichoso bicho se pasa 5 minutos saliendo del agua mientras Perseo y su Pegaso negro tuneado esquivan y persiguen a esos diablillos alados que tan gratuitamente esparce Hades en esta versión. La muerte final del Kraken, ridícula. El desenlace de toda la historia... me dejó sin palabras.
- El detalle del Buho mecánico que Atenea entrega a Perseo en la película de 1981 sale aquí, como una burla de lo que era. Y como no, la IO que no pinta nada, como si se quisiera reivindicar el papel de la mujer luchadora en esta película o, simplemente, porque siempre tiene que haber una heroína.
Para terminar, decir que 'Furia de Titanes' solo es eso, furia, sin más titanes que la exageración de los efectos digitales y el nuevo ansia de la era "post-Avatar" de que todas las películas de gran presupuesto deban estrenarse en 3-D. La historia carece de una linealidad que le de sentido y qué decir de profundidad en los personajes, más estereotipados imposible. Fiennes lo intenta con ese Hades ceniciento y triste, que cojea y anda inclinado en contraste con los brillos desproporcionados de los dioses que rodean a Zeus. Poco puedo criticar a Liam Nesson, me cae bien. Sin embargo, Perseo es un desastre; Worthington nos da a un personaje plano e inexpresivo, que acaba de descubrir las espadas y quiere pasar toda la película usándola porque sí.
Le doy un 4'6/10.
sábado, 3 de abril de 2010
'Furia de Titanes (2010)'
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